Introducción
El presente documento enmarca
los nueve puntos consagrado en el Pacto Ecosocial del Sur[1] y las trece medidas
sistémicas propuestas por Jorge Riechmann[2], dentro de la cosmovisión
del modelo ecológico que propongo, a partir de las reflexiones realizadas por
Luis Carlos Restrepo[3] y Leonardo Boff[4]; dicho modelo se configura
como una unidad estructurada que nos muestra los principios que explican el
funcionamiento del ecosistema mundo en sus diferentes niveles, tanto en la
parte física como en las esferas privada, pública y trascendente de la parte
humana, y por lo tanto, las decisiones que tomemos, soportadas en dicho modelo,
nos permiten garantizar un mejor acierto de la elección, “necesaria para
atender de forma razonable la crisis ecosocial” [5] de la pandemia y el
calentamiento global.
Dichos puntos y medidas
se deben convertir en acciones de gobierno, y por tanto en política pública, como
“acciones de gobierno, que buscan cómo dar respuestas a las diversas
demandas de la sociedad”, tal como lo señala Chandler y Plano. Para
Franco Corzo, profesor de la universidad de Chicago, “lo que hace la política
pública es dar un marco de análisis y acción para revertir lo
indeseable, de manera organizada…que debe ser resultado de
un proceso de investigación que implica el uso de un
método para asegurar que la decisión tomada es la mejor alternativa posible
para resolver un determinado problema público…incorporando diferentes
conocimientos científicos”.
Así mismo, se realiza un
desarrollo de los puntos y medidas propuestas con el fin de explicitar su propósito
y alcance. Y para lograr este cometido se acudió a los trabajos realizados por
Mariana Mazzucato[6],
José Antonio Ocampo[7],
María Florencia Moren[8] y otros documentos elaborados
por Jorge Riechamnn[9].
Cosmovisión del modelo ecológico
La lógica de la cosmovisión del modelo ecológico nos demuestra
que cualquier ecosistema físico o humano, funciona adecuadamente, sólo si, se
articulan equilibradamente sus dos ejes constitutivos.
Nos enseña la Ecología, por ejemplo, que los ejes que
conforman cualquier ecosistema físico son la diversidad y la dependencia, y por
analogía, dichos ejes se pueden evidenciar en sistemas disímiles como la
familia, la escuela, la fábrica, o el modelo de desarrollo de una sociedad.
Igualmente, el concepto de contaminación de cualquier
ecosistema físico deriva, según la Ecología, de la afectación de alguno de sus
ejes, bien sea la diversidad, si se disminuye la variedad de especies que
alberga, o la dependencia, si se obstaculizan las cadenas alimenticias. Cuando
esto ocurre, en cualquier ecosistema físico, afirmamos, que se debilita o se
contamina dicho ecosistema. En consecuencia, la solidez y la riqueza de un
ecosistema físico depende de la variedad de especies que hospeda y de la
conjunción de esfuerzos por lograr lo que cada una de ellas necesita para su
propio desarrollo.
Por su parte, como
lo afirma el teólogo brasilero Leonardo Boff[10], lo que caracteriza lo
humano es la polaridad, vale decir, el equilibrio entre sus dos polos que lo constituyen,
uno individual y otro colectivo, porque cuando no se mantiene este equilibrio
entre sus ejes constitutivos, los ecosistemas humanos, al igual que lo que
sucede en los ecosistemas físicos, se debilitan, se contaminan o colapsan… lo
cual aplica tanto para ecosistemas humanos ubicados en la esfera de lo privado,
en lo público o en la dimensión trascendente del hombre.
La
singularidad humana y la dependencia afectiva, afirma Restrepo[11], son los ejes
constitutivos de los ecosistemas humanos de la esfera de lo privado, como la
familia, por ejemplo; de igual manera sostiene que la “libertad económica y la
justicia social” [12]
son los ejes constitutivos de los ecosistemas humanos de la esfera de lo
público, como lo son los modelos de desarrollo de los países del orbe; y por su
parte, Boff[13],
manifiesta que la libertad humana y la dimensión del misterio son los ejes
constitutivos del ecosistema humano como especie, de la dimensión trascendente
del hombre.
De manera
que al descuidar el eje colectivo se han contaminado los ecosistemas humanos: las
familias se han convertido, según sostiene el sacerdote Juan Jaime escobar, en
"santuarios de egoísmo", los países en islas hegemónicas, y el ser
humano, como individuo y como especie, en individuos soberbios y arrogantes
incapaces de trascender su propio ego.
Nivel ecosistémico: esfera pública de los ecosistemas humanos
Por analogía, afirma el psiquiatra Luis Carlos Restrepo, los
dos ejes que constituyen los ecosistemas humanos en la esfera de lo público,
tales como los modelos de desarrollo de los países del orbe, son la libertad
económica y la justicia social, y de igual manera como acontece en los
ecosistemas físicos, los ecosistemas
humanos se debilitan, se contaminan o colapsan, cuando no se cuidan o no se mantiene
este equilibrio entre sus ejes constitutivos.
Efectivamente,
como el capitalismo está montado sobre el eje de la libertad económica y el
socialismo sobre el eje de la justicia social, un énfasis exacerbado en el eje
de la libertad económica, como en el caso del neoliberalismo, nos podría
conducir al colapso de la civilización humana, como consecuencia del afán de productividad a
ultranza y la consecuente “destrucción de los hábitats de animales, que tienden
a acercar a nosotros virus letales que viven en animales salvajes”, tal como lo
señala el divulgador científico David Quammen, que permiten advertir que, en
algún momento sobrevendrá una corrección natural, si no replanteamos nuestro
accionar; pero, por otro lado, si el desmedido énfasis se efectúa sobre el eje de la
justicia social nos conducirá al descalabro de las economías, tal como sucede
hoy en día con Venezuela.
Lo anterior implica que, para mantener la polaridad o
equilibrio del ecosistema de la esfera pública de los modelos de desarrollo, los
países capitalistas deben redireccionar sus acciones hacia la justicia social,
y los países socialistas deben hacerlo hacia la libertad económica. Como ambos
sistemas producen desequilibrios por hacer énfasis exacerbado en uno de los dos
ejes, la racionalidad ecológica señala que equilibrar el modelo exige encaminar
acciones hacia el eje descuidado.
Acciones de la propuesta base de Política Pública Planetaria
En
desarrollo de la política pública planetaria propuesta para prevenir el
escenario de colapso de nuestra civilización, y cuyo marco de análisis y de
acciones está sustentado en el modelo ecológico, lo que a su vez permite
asegurar que la decisión adoptada es la mejor alternativa posible para mantener
la polaridad o equilibrio del ecosistema de la esfera pública de los modelos de
desarrollo de los países del orbe, “los países capitalistas deben reinventar
sus modelos de desarrollo, redireccionando sus acciones hacia el eje de la
justicia social”[14].
De manera que, en
concordancia con este derrotero ecológico, las acciones que deben emprender los
países capitalistas, además de la ya señalada por el Presidente Macron de
Francia en torno a la necesidad de definir cuáles bienes y servicios se deben
sacar de la lógica del mercado, para ser regulados por el Estado; a la
“condonación de la deuda que pesa en los presupuestos de los países más pobres”
y a la necesidad de repensar el modelo extractivista centrado en “combustibles fósiles,
monocultivo y destrucción de la selva tropical”, conforme al llamado específico
que hace el Papa Francisco a los gobernantes y empresarios del mundo, dichas
actividades hacen referencia a los nueve puntos del Pacto Ecosocial del Sur y a
las trece (13) medidas sistémicas propuestas por Jorge Riechmann[15].
Ambas propuestas coinciden en
seis (6) aspectos, por lo tanto abordaremos en primera instancia dichas
acciones coincidentes nombrando primero la propuesta por el Pacto Ecosocial del
Sur y después la realizada por Reichmann:
1. Construcción
de economías y sociedades postextractivistas/Socializar las compañías
eléctricas y el sector bancario.
“Para proteger la diversidad cultural y natural,
necesitamos una transición socio-ecológica radical, una salida ordenada y
progresiva de la dependencia del petróleo, carbón y gas, de la minería, la
deforestación y los grandes monocultivos. Es necesario transitar hacia matrices
energéticas renovables, descentralizadas, desmercantilizadas y democráticas y
modelos de movilidad colectivos, seguros y de calidad. Se debe reducir el
riesgo frente al colapso climático, una amenaza más grave que la pandemia como
nos muestran inundaciones, sequías, deslaves e incendios”[16].
Como la forma de pensar y de medir el PIB
“restringe cuánto puede influir el Gobierno en el curso de la economía” [17] y en las acciones para el
cierre de brechas sociales, es importante definir, en el propósito de equilibrar el ecosistema
público de los modelos de desarrollo de los países del orbe, qué otros bienes y
servicios se deben sacar de la lógica del mercado, para ser, no solo, regulados
por el Estado, sino controlados bajo la plena nacionalización de algunos de
ellos, y sobre este particular, Jorge Reichmann[18], plantea
como medida de cambio sistémico socializar las compañías eléctricas y el sector
bancario, pues tal como la afirma Mariana Mazzucato, “nuestras economías tienden a premiar la
extracción de valor antes que su creación, entendido como el proceso que
verdaderamente impulsa una economía y una sociedad saludable”.
En ese sentido considera que las empresas del sector
financiero se limitan a la extracción de riqueza para sí mismas, sin
retribución alguna al consumidor, acrecentándose de esta manera la desigualdad.
En efecto, “hay tres maneras de extraer valor las finanzas: creando una brecha,
en forma de costes de transacción entre los proveedores y los receptores de la
financiación… extraen una parte significativa de las ganancias sin jugar papel
activo alguno en el proceso de producción; mediante el poder de monopolio de
los bancos… pues el coste de los servicios financieros aumentó, a pesar del
inmenso crecimiento de la industria financiera… de esta manera los consumidores
no se benefician de las economías de escala… el costo menor de producción no se
trasladó al consumidor)… otra manera de comprender este hecho consiste en medir
el importe de la comisión cobrada por los bancos y compararlas con el rendimiento
de la inversión… la proporción entre esta dos cantidades puede interpretarse
como una especie de grado de la extracción del valor: cuanto más alta es la
comisión, menor es la ganancia del inversor y mayor el beneficio del banco; y los altos cargos en relación con los riesgos
asumidos, en particular en la gestión de fondos… de pensiones por ejemplo, que
se han convertido en una inmensa maquinaria de intermediación financiera… las
comisiones de los fondos de alto riesgo han sido conocidas como “2 y 20”: una
comisión del 2% sobre el volumen de activos gestionados y un considerable 20%
de los beneficios materializados y no materializados. La socialización de la
banca o regulación financiera puede utilizarse para recompensar la inversión a
largo plazo y también para ayudar a dirigir las finanzas hacia la economía
real, es decir, a la industria y a los servicios no financieros, y no solo a
mantenerse a sí misma. Y finalmente, la extensión del modelo ex tracción de
valor del sector financiero a la economía real… configuran la financiarización
del sector productivo y desigualdad… el 0.01 % de las familias de EE. UU recibe
en 2019 un 10% de los ingresos obtenidos por las familias restantes, tres veces
el 3 o 4 por ciento que prevaleció en 1945 y 1980”[19].
En relación con las compañías eléctricas, para
revertir el proceso de privatización de bienes comunes, como el agua y la
energía, por ejemplo, Reichmann propone una “autogestión colectiva de las
necesidades y los medios para su satisfacción…. pues, en un «mundo lleno», no
se trata ya de un (imposible) aumento indefinido de la oferta, sino de una
gestión global de la demanda” para evitar mayor presión a la naturaleza sobre el
abastecimiento de agua y energía que requieren las compañías eléctricas y
reemplazarlas paulatinamente con energía solar en desarrollo de una economía
sustentable y de alta productividad, dado que “la racionalidad económica
requiere que se maximice la productividad del factor de producción más escaso,
en este caso el capital natural que se ha convertido en el factor limitante”…
vale decir, agua y energía.
“En el «mundo vacío» de los comienzos de la
industrialización, donde el factor trabajo escaseaba y el factor naturaleza
abundaba, tenía sentido concentrarse en la productividad humana; en un «mundo
lleno» en términos ecológicos, donde la situación es inversa (el factor trabajo
abunda y el factor naturaleza escasea), hay que invertir en protección y restauración
de la naturaleza, así como buscar incrementos radicales de la productividad con
que la empleamos…observamos de nuevo cómo cuando se ha «llenado» o saturado
ecológicamente el mundo, han de cambiar las reglas básicas de juego (en este
caso, las estrategias de producción de bienes y servicios”[20].
2. Transformación
tributaria solidaria/ Reforma fiscal fuertemente progresiva, con impuestos al
capital, a la herencia y a las grandes fortunas.
“Deben incluir el impuesto a la herencia, a las grandes
fortunas, a los mega emprendimientos, a las rentas financieras y, como medida
transicional, al daño ambiental. En lugar de que todos paguen impuestos
universales, y solo algunos tengan protección social, proponemos que solo los
que más tienen tributen, pero en cambio todos estén protegidos”[21].
La enorme desigualdad e
injusticia social planetaria y la reactivación económica exigen imponer tasas
de tributación más altas a los más ricos del planeta, según lo expresa el
informe de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad
Corporativa Internacional (ICRICT), que dirige el colombiano José Antonio
Ocampo.
El informe
presenta recomendaciones para recuperar las economías de los efectos del
COVID-19 y combatir la evasión y elusión fiscal relacionadas con gravar
servicios digitales, imponer tasas de tributación más altas en sectores
oligopolizados, acordar, a nivel global, un impuesto de sociedades mínimo
efectivo del 25%, entre otras.
Según cifras
de Oxfam, “en 2019, los multimillonarios del mundo, sólo 2.153 personas, tenían
más riqueza que los 4.600 millones de personas más pobres juntos… y gravar un
0,5 % adicional de la riqueza del 1 % más rico en los próximos 10 años equivale
a las inversiones necesarias para crear 117 millones de puestos de trabajo en
educación, salud y el cuidado de los ancianos y otros sectores”.
Respecto de
gravar los servicios digitales, en su libro “el impuesto digital en el mundo”,
la Contadora Pública argentina María Florencia Moren[22], afirma:
“El nuevo mundo que surge a partir de la incipiente
Economía Digital y los desafíos en el abordaje de las ganancias generadas por
las grandes compañías internacionales que dominan el mercado… y que irrumpieron
en un contexto favorable para la elusión fiscal… pues las leyes vigentes no
contemplan sus características y, por lo tanto, facilitan la generación de los
denominados “ingresos sin Estado”, donde las diferentes jurisdicciones no saben
cómo delimitar su potestad tributaria… esa situación ha generado grandes distorsiones
entre la presión tributaria efectuada sobre la ciudadanía y las empresas de la
economía tradicional, versus la impuesta a la creciente economía digital… Ante
las maniobras elusivas de las grandes compañías multinacionales, nació la
necesidad de las Administraciones Tributarias de buscar una solución
multilateral de consenso, de modo tal de armonizar la política fiscal
internacional. Ya no se trata de enfrentamientos y disputas legales, sino de
aprender a ceder y cooperar por el bien general… entre tanto, la rueda sigue
girando y los datos que corren a través de Internet son abrumadores: hay más de
4 mil millones de usuarios web, existen 2 mil millones páginas web, se envían
más de 150 mil millones de mails, Google recibe más de 4 mil millones de búsquedas,
existen más de 3 millones de posts en blogs alrededor del mundo, más de 400
millones de tuits escritos, más de 4 mil millones de videos subidos a YouTube y
más de 47 millones de fotos subidas a Instagram. Todo esto en un solo día. Y
así se repite cada día… ¿A quién le pertenece esa información que circula en la
web? ¿A quién le sirve? ¿Quién hace uso de tamaño volumen de datos? Y, ¿para
qué?”.
En medio de la situación descrita la nueva
normalidad exige un sistema justo y sostenible de fiscalidad internacional que
permita imponer un gravamen global a las grandes empresas multinacionales que
están obteniendo, además de muchos beneficios de la economía digital, la
elusión fiscal, y la leve presión tributaria, sumergiendo a más personas en la
pobreza, pues los Estados además de percibir menos ingresos para satisfacción
de las necesidades de sus habitantes, tiene que “recurrir inevitablemente a una
mayor presión tributaria sobre la ciudadanía y las empresas de economía
tradicional”[23].
3. Anulación de las Deudas Externas de los Estados/ Jubileo de deudas
injustas e impagables (como se ha recordado más de una vez estos últimos años,
la acumulación de capital tiene, como su reverso, la creación de deuda sin
relación con la realidad biofísica y más allá de la posibilidad de reembolso).
“En estos momentos extraordinarios se justifica,
dejar de pagar la deuda externa como se hizo en 1931/32, y como lo propuso la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el
presidente de Francia Emmanuel Macron y el Papa Francisco. La cancelación de la
deuda externa de los países del Sur global constituye un primer paso de
reparación histórica, por la deuda ecológica y social contraída por los países
centrales desde la colonia”[24].
El Papa Francisco en su mensaje URBI ET ORBI en la pascua 2020 hace un
llamado específico a los gobernantes del mundo para que tomen medidas concretas
de solidaridad:
“Animo a quienes tienen responsabilidades políticas a trabajar
activamente en favor del bien común de los ciudadanos… y considerando
las circunstancias, [es preciso que] se relajen…las sanciones internacionales
de los países afectados, que les impiden ofrecer a los propios ciudadanos una
ayuda adecuada… reduciendo, o incluso condonando, la deuda que pesa en los
presupuestos de aquellos más pobres”[25].
4.
Una Renta Básica Universal/ingreso mínimo garantizado y
esquemas de trabajo garantizado desde el sector público/reducir por ley el
tiempo de trabajo asalariado, para redistribuirlo. Medidas de acompañamiento
para redistribuir todos los trabajos (pagos e impagos)
“Que unifique la política social a través de la
introducción de una renta básica para todos, y que sustituya las transferencias
condicionadas focalizadas heredadas del neoliberalismo, para poder salir de la
trampa de la pobreza. Tal como acaba de recomendar la CEPAL a los gobiernos
latinoamericanos. Disminuir la jornada de trabajo sin disminución de salario,
para repartir tanto el empleo formal como las tareas de cuidado”[26].
5. Priorizar
la soberanía alimentaria/Agroecología, agricultura de proximidad, permacultura.
El consumo de productos de temporada está claro que ayuda a los agricultores
locales y disminuye la huella ecológica por la reducción de la contaminación
provocada por el transporte.
“En un momento
en el cual la región latinoamericana presenta el mayor grado de concentración
de la tierra a nivel mundial, es prioritario desarrollar políticas que apunten
a la redistribución de la tierra, del acceso al agua y una profunda reforma a
las políticas agrarias, alejándose de la agricultura industrial de exportación
con sus efectos ambientales y sociales nefastos. Se trata de priorizar la
producción agroecológica, agroforestal, pesquera, campesina y urbana,
promoviendo el diálogo de saberes. Fortalecer los mercados campesinos y locales.
Crear redes de distribución de semillas para asegurar su libre circulación, sin
propiedad intelectual. Reforzar las redes de distribución campo-ciudad y la
certificación comunitaria entre consumidores y productores. Fomentar la
propiedad social, colectiva y comunitaria de la tierra, generando soberanía a
quienes la cuidan y trabajan, y protegiéndoles de la especulación”[27].
En
efecto, desde hace decenios, ecólogos como Ramón Margalef, H. T. Qdum o Barry
Commoner han propuesto que la economía humana debería imitar la «economía
natural» de los ecosistemas. La naturaleza, «la única empresa que nunca ha
quebrado en unos 4.000 millones de años», según el biólogo Frederic Vester, nos
proporciona el modelo para una economía sustentable y de alta productividad.
Por
eso es preciso conocerla para aprender de ella el manejo que hace de los
residuos y de la energía solar, que promueva la agricultura de proximidad, cuyo
propósito es: “Reconectar el campo y la ciudad, impulsando la
producción, distribución y consumo de alimentos ecológicos, estacionales y de
proximidad; promover la compra pública de alimentos con criterios de
proximidad, ecología y comercio justo que contribuya a la reducción del
derroche alimentario mediante los ciclos de distribución cortos; crear nuevos
canales de participación, deliberación y decisión sobre las estrategias
alimentarias municipales que sean transparentes y democráticos; impulsar los
huertos urbanos de autoconsumo y los jardines alimentarios; reconocer la
función social del campesinado a través del apoyo a bancos y ferias de
intercambio de semillas y la promoción de la producción ecológica en los
mercados municipales y en los mercados de campo; poner en marcha campañas
informativas sobre productos locales agroecológicos”[28].
“Vivimos
dentro sistemas mal adaptados, sistemas humanos que encajan mal en los
ecosistemas naturales. Este problema de estructura exige una reconstrucción de
la tecnosfera de acuerdo con principios de biomímesis”[29].
Los ecosistemas naturales funcionan a base de ciclos cerrados de materia,
movidos por la energía del sol: ésta es su característica fundamental, si los
contemplamos con «mirada económica». Se trata de una «economía» cíclica,
totalmente renovable y autorreproductiva, sin residuos, y cuya fuente de
energía es inagotable en términos humanos: la energía en sus diversas
manifestaciones (que incluye, por ejemplo, el viento y las olas). En esta
economía cíclica natural cada residuo de un proceso se convierte en la materia
prima de otro: los ciclos se cierran. Por el contrario, la economía industrial
capitalista desarrollada en los últimos dos siglos, considerada en relación con
los flujos de materia y de energía, es de naturaleza lineal: los recursos
quedan desconectados de los residuos, los ciclos no se cierran”[30].
6.
Desglobalización ordenada;
“constitución de redes de cooperación bio-regional basadas en relaciones
sostenibles entre los ámbitos urbanos, rurales y naturales en economías (y
sistemas alimentarios) resilientes de proximidad”, por decirlo con Fernando
Prats.
“Autonomía y sostenibilidad de las
sociedades locales. La pandemia ha mostrado la fragilidad de las cadenas
globales de producción, y la riqueza de los esfuerzos locales, y nacionales. La
enorme creatividad de los pueblos latinoamericanos debe ser la base para los
cambios políticos, que promuevan la autonomía y sostenibilidad de los
territorios y sociedades locales. Corresponde fortalecer la autodeterminación
de los pueblos indígenas, campesinos, afro-americanos y experiencias
comunitarias urbanas populares en términos económicos, políticos y culturales;
desmilitarizar los territorios y el conjunto de la sociedad; apoyar los
mercados locales; democratizar el crédito, apoyar a las pequeñas y medianas
empresas, la soberanía energética local comunitaria basada en modelos
sustentables y renovables”[31].
En efecto, “después de haber sufrido
dos grandes conmociones en los últimos diez años, la economía mundial está
sufriendo una tercera debido a la pandemia del Covid-19. Por lo tanto, la
globalización se enfrenta a una situación de “tres strickes y ponchado” que
bien podría desencadenar una desvinculación gradual pero bastante prolongada
del comercio y la inversión… el romance de varias décadas del mundo corporativo
con cadenas de suministros globales rentables y gestión de inventario “justo a tiempo” dará paso a un enfoque más
localizado que implica la reorganización de ciertas actividades…encontrar
formas de manejar un proceso ordenado y gradual de desglobalización parcial,
incluyendo evitar un descenso a las interrupciones de la autoalimentación que
resultan en dolor y sufrimiento innecesario para muchos”[32].
Proceso que reivindica lo local,
denominado por algunos, proceso de glocalización.
7. Abandonar el PIB como supuesto indicador de bienestar:
desarrollar un sistema de cuentas físicas para complementar los indicadores
monetarios de la Contabilidad Nacional.
Joseph Stiglitz, afirma “lo que medimos afecta a lo
que hacemos; y si nuestras mediciones son defectuosas, las decisiones pueden
tergiversarse”. Y Mariana Mazzucato[33], señala sobre este
particular:
“…el modo en que se valoran los sectores influye en
el cálculo del PIB, y esto a su vez influye en cómo decidimos dirigir la
economía…la subestimación de algunas actividades -como cuidar a los niños, las
actividades del Gobierno - y la sobrevaloración de otras -empresas contaminantes,
sector financiero-… ha venido afectando la medición del PIB… la transferencia
de fondos a los hogares, como las pensiones y los subsidios de desempleo, se
definen en la contabilidad nacional como gasto de los hogares y no del
Gobierno… (y por ello ) la contabilidad nacional ha estado registrando
discretamente la contribución del Gobierno al PIB durante el último siglo… y la
financiarización sigue siendo una fuerza poderosa para extraer valor en lugar
de crear valor… cuando ganan dinero no sirven a la economía real, sino a sí
mismas… claramente se necesita una medida distinta… las cuentas nacionales no
son capaces de reflejar el valor añadido del Gobierno y tiene varias nociones
importantes erróneas… el valor que crean las empresas gubernamentales no se
muestra en las estadísticas oficiales…para reconocer que el sector público crea
valor primero debemos encontrar maneras de contabilizarlo…”.
En consecuencia, es preciso no abandonar el PIB,
como propone Reichmann, sino mejorar la medición de las actividades
tradicionalmente subestimadas y sobrevaloradas, tal como lo plantea Mazzucato.
8.
Reducción drástica de la movilidad motorizada;
salida de la soberanía del automóvil privado; urbanismo ecológico.
Otro sector en el que urge implementar la estrategia
de gestión global de la demanda, adicional al recurso agua y energía, es el de
transporte. “En un «mundo lleno», la idea de soberanía del consumidor es
anacrónica. En lugar de ello, los poderes públicos democráticos deben diseñar
estrategias de gestión de la demanda (no sólo en sectores donde la idea ya es
de uso corriente, como el uso de energía o de agua, sino también en otros donde
aún no ha penetrado esta nueva perspectiva: los transportes, el consumo de
carne y pescado, el uso de recursos minerales, etc.) para no superar los
límites de sustentabilidad, preservando al mismo tiempo en todo lo posible la
libertad de opción”[34].
9. Puntos
y medidas restantes
Los tres puntos
restantes del Pacto Ecosocial del Sur son:
1. Creación de
sistemas nacionales y locales de cuidado que ponen la sostenibilidad de la vida
en el centro de nuestras sociedades. El cuidado es un derecho y, como tal, debe
incluir un rol más activo del Estado y de las empresas en consulta y
corresponsabilidad permanente con los pueblos y comunidades. Esto permitirá
combatir la precariedad laboral y alcanzar una mejor repartición de las tareas
del cuidado, en términos de clases sociales y de género, pues el mismo recae de
modo desigual sobre las familias y en ellas, sobre las mujeres. Debemos
promover políticas públicas que enlacen cuidado con protección social,
atendiendo las necesidades de personas mayores en situación de dependencia,
niños y niñas, personas con discapacidad severa y demás individuos que no
puedan atender sus necesidades básicas.
2. Recuperar y
fortalecer espacios de información y comunicación desde la sociedad,
actualmente dominados por los medios de comunicación corporativos y las redes
sociales que forman parte de las corporaciones más poderosas de nuestros tiempos.
Para disputar los sentidos históricos de convivencia, desde medios ciudadanos,
pero también desde la calle, la plaza y los espacios culturales.
3. Por una
integración regional y mundial soberana. Es imperativo favorecer los sistemas
de intercambio local, nacional y regional a nivel latinoamericano, con
autonomía del mercado mundial globalizado que abran alternativas al monopolio
corporativo. Introducir monedas paralelas al dólar en diferentes escalas
permitiendo una desconexión relativa de las peligrosas dinámicas del mercado
mundial, fortaleciendo los intercambios entre países de la región y su
diversificación económica complementaria.
Y las cuatro medidas restantes propuestas por
Reischmann que se desarrollarán posteriormente son: 1. Renaturalización de
zonas muy extensas en campos y ciudades; 2. Alfabetización e ilustración
ecológica a escala masiva (también aquí el despliegue informativo y pedagógico
sobre el coronavirus nos da la medida de lo que tendría que ser tomarnos de
verdad en serio la urgencia ecosocial); 3. Desmercantilización de la vivienda; 4.
Conversión industrial hacia la fabricación de bienes necesarios (hemos visto
cómo las plantas automovilísticas se ponían a fabricar respiradores para las
Unidades de Cuidados Intensivos; es sin duda un ejemplo inspirador…).
Finalmente, se incluiría una medida de restauración
de los ecosistemas, fundamental para alcanzar los objetivos de desarrollo
sostenible, propuesto por el Foro Nacional Ambiental colombiano… Incrementar
a gran escala la restauración de los ecosistemas degradados y destruidos, es
una medida de probada eficacia para luchar contra el cambio climático y mejorar
la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la biodiversidad[35].
[1]
“Esta iniciativa nace de
un grupo de personas y organizaciones de diferentes países latinoamericanos…
con el propósito de contrarrestar las dinámicas de reacomodo capitalista,
concentración de riqueza y destrucción de ecosistemas que vemos surgir en medio
de la crisis del COVID-19, que permitan configurar conjuntamente un horizonte
colectivo de transformación para Nuestra América que garantice un futuro digno”.
https://www.clacso.org/pacto-ecosocial-del-sur/
[2]
Poeta, traductor,
ensayista, matemático, filósofo, ecologista y doctor en ciencias políticas
español. Reichmann, Jorge. La crisis del coronavirus como momento
del colapso ecosocial. Viento sur, 09 de junio de 2020; https://vientosur.info/spip.php?article16051
[3]
Escritor, político, médico, psiquiatra y magister en filosofía colombiano, ex
comisionado de paz durante la administración de Alvaro Uribe.
[4] Teólogo, exsacerdote franciscano,
filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño.
[5]
Reichmann, Jorge. La crisis del coronavirus como momento del
colapso ecosocial. Op. Cit.,https://vientosur.info/spip.php?article16051
[6]
Economista, catedrática en economía de la innovación y valor público en el
Universidad de Londres. Es considerada una de los tres más importantes pensadores en
temas de innovación.
[7]
Economista y político colombiano, exministro de Agricultura, exministro
de Hacienda y exdirector de Planeación Nacional. Actualmente es director
de la
Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa
Internacional (ICRICT).
[8] Contadora Pública argentina,
maestrando
en Gestión Pública y Desarrollo Gubernamental Universidad de Buenos Aires.
[9]Reichmann,
Jorge. ¿Cómo cambiar hacia sociedades sostenibles? https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-104576/3.%20C%C3%B3mo%20cambiar%20hacia%20sociedades%20sostenibles.%20Reflexiones%20sobre%20biom%C3%ADmesis%20y%20autolimitaci%C3%B3n.%20Jorge%20Riechmann.pdf
[10]
Boff, Leonardo. Gracia y experiencia humana. Madrid: editorial Trotta, 2001.
p. 159-161
[11]
Restrepo, Luis Carlos. Ecología Humana. Una estrategia de intervención
cultural. Bogotá: Editorial San Pablo, 1996. p.58-67.
[12]
Restrepo, Luis Carlos. Más allá del terror. Abordaje cultural de la
violencia en Colombia. Bogotá: Aguilar, 2002. p.107.
[13]
Boff, Leonardo. Gracia y experiencia humana. Op cit., p.159.
[14].
La analogía de los ecosistemas físicos con los ecosistemas humanos de la esfera
pública, la abordo en este artículo. Pérez, Oscar Alejandro “La postpandemia
exige un capitalismo reinventado que incorpore lo mejor del socialismo y un
socialismo readaptado que adhiera lo mejor del capitalismo”. El Informador, 13
de junio de 2020; https://www.elinformador.com.co/index.php/mas/blogs/234398-la-postpandemia-exige-un-capitalismo-reinventado-que-incorpore-lo-mejor-del-socialismo-y-un-socialismo-readaptado-que-adhiera-lo-mejor-del-capitalismo.
[15]
Reichmann, Jorge. La crisis del coronavirus como momento del
colapso ecosocial. Op Cit., p.13.
[16]
Pacto ecosocial del Sur. https://www.clacso.org/pacto-ecosocial-del-sur/
[17]
Ibídem., p. 338
[18]
Reichmann, Jorge. La crisis del coronavirus como momento del
colapso ecosocial. Op cit. P.13.
[19]
Mazzucato, Mariana. El valor de las cosas. Quién produce y quien gana en la
economía global. Op Cit., p. 194-226.
[20]
Reichmann, Jorge. ¿Cómo cambiar hacia sociedades sostenibles? Op Cit., p.115.
[21]
Pacto ecosocial del Sur. https://www.clacso.org/pacto-ecosocial-del-sur/
[22]
Moren, María Florencia. El impuesto digital en el mundo. http://www.economicas.uba.ar/wp-content/uploads/2019/02/LA-ECONOMIA-DIGITAL-EN-EL-MUNDO-FINAL.pdf
[23]
Ibídem., p.11.
[24]
Pacto ecosocial del Sur. https://www.clacso.org/pacto-ecosocial-del-sur/
[25]
Papa Francisco. La vida después de la pandemia. Ciudad del vaticano:
Editice. 2020. p. 33.
[26]
Pacto ecosocial del Sur. https://www.clacso.org/pacto-ecosocial-del-sur/
[27]
Pacto ecosocial del Sur. https://www.clacso.org/pacto-ecosocial-del-sur/
[28] https://barcelonaencomu.cat/es/programa/navega/detall/promover-la-agricultura-de-proximidad-y-ecologica
[29] “El concepto de biomímesis (imitar la naturaleza a la
hora de reconstruir los sistemas productivos humanos, con el fin de hacerlos
compatibles con la biosfera) recoge esta estrategia, y, a mi entender, le
corresponde un papel clave a la hora de dotar de contenido a la idea más formal
de sustentabilidad”. Reichmann,
Jorge. ¿Cómo cambiar hacia sociedades sostenibles? https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-104576/3.%20C%C3%B3mo%20cambiar%20hacia%20sociedades%20sostenibles.%20Reflexiones%20sobre%20biom%C3%ADmesis%20y%20autolimitaci%C3%B3n.%20Jorge%20Riechmann.pdf,
p 107-109.
[30]
Ibídem., p. 17-19
[31]
Pacto ecosocial del Sur. https://www.clacso.org/pacto-ecosocial-del-sur/
[32]
Mohamed A., El-Erian https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Navegando-la-Desglobalizacion-20200511-0151.html
[33]
Mazzucato, Mariana. El valor de las cosas. Quién produce y quien gana en la
economía global. Bogotá: Editora Géminis, S.A.S. 2019. p. 119-145.
[34]
Reichmann, Jorge. ¿Cómo cambiar hacia sociedades sostenibles? Op. Cit., 115.
Hiomara Vargas. Recordado Dr. reciba un fraternal saludo. Que buena iniciativa está muy interesante. Felicitaciones. Un abrazo.
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