martes, 14 de abril de 2020

REFLEXIONES SOBRE EL TÍTULO DEL SUPUESTO EDITORIAL DEL WASHINGTON POST Y LA EMERGENCIA DEL COVID 2019

 


Aunque el texto que se presenta como una traducción al español de un editorial del periódico estadounidense, resultó falso, pues el Washington Post nunca lo publicó, resulta importante reflexionar sobre su título: "O muere el capitalismo salvaje, o muere la civilización Humana".   

La analogía del modelo ecológico con la vivencia humana realizada por el Psiquiatra Luis Carlos Restrepo brinda las bases para comprender la supuesta traducción del editorial que circuló en redes sociales y que fue citado por Gloria Helena Rey, columnista y por algunos políticos que también lo compartieron en sus redes.

En efecto, como lo afirma el teólogo brasilero Leonardo Boff, lo que caracteriza lo humano es la polaridad, no la polarización, vale decir, el equilibrio entre sus dos polos o ejes que lo constituyen, uno individual y otro colectivo, porque cuando no se cuidan o no se mantiene este equilibrio entre sus ejes constitutivos, los ecosistemas humanos se debilitan, se contaminan o colapsan… lo cual aplica tanto para ecosistemas humanos ubicados en la esfera de lo privado, en lo público o en la dimensión trascendente del hombre.

La singularidad humana y la dependencia afectiva, afirma Restrepo, son los ejes constitutivos de los ecosistemas humanos de la esfera de lo privado, como la familia, por ejemplo; de igual manera sostiene que la libertad económica y la justicia social son los ejes constitutivos de los ecosistemas humanos de la esfera de lo público, como lo son los modelos de desarrollo de los países del orbe; y por su parte, Boff, manifiesta que la libertad humana (libre albedrío) y la dimensión del misterio son los ejes constitutivos del ecosistema humano como especie, de la dimensión trascendente del hombre.

De manera que el descuido del eje colectivo de los ecosistemas ha generado que las familias se hayan convertido, según sostiene el sacerdote Juan Jaime escobar, en "santuarios de egoísmo", los países en islas hegemónicas, y el ser humano, como individuo y como especie, en individuos soberbios y arrogantes incapaces de trascender su propio ego.

Respecto de las familias y el ser humano como individuo, el Padre Juan Jaime Escobar reafirma:

"El hombre moderno solo se ve así mismo… lleva una vida mediocre… lleva una fe mediocre de mínimos… que se acuerda de Dios cuando le conviene y lo usa para aparentar que es bueno y justo… lleva una familia de mínimos… de hacer acto de presencia mientras está metido en su pantallita… en su celularcito, en sus cosas y en sus caprichos… lleva  una dignidad de mínimos… que te permite a ti mismo tus propias pequeñas corrupciones y tus propias pequeñas trampas… lleva una verdad de mínimos… en la que caben tantas mentiras que te convences a ti mismo que son piadosas…"

En relación con los modelos de desarrollo de las naciones, es claro que el capitalismo está montado sobre el eje de la libertad económica y el socialismo sobre el eje de la justicia social, y el énfasis exacerbado en el eje de la libertad económica, en el caso del capitalismo, nos podría conducir al colapso de la civilización humana, y el énfasis extremo en el eje de la justicia social nos lleva al descalabro de las economías, tal como sucede hoy en día con Venezuela.

Y para completar la trilogía, la soberbia humana, por ser la única criatura que tiene el poder de decirle NO al mismo Dios, según lo expresa Boff, lo ha obnubilado y enceguecido al descuidar el eje de la dimensión del misterio, cuyo propósito es el de orientar la elección humana hacia lo colectivo para trascender el yo individual y mantener la polaridad que requiere la existencia humana.

Así las cosas, al combinarse los desastres culturales en las tres esferas, tanto en lo privado, como en lo público y en la dimensión trascendente, se podría configurar entonces el colapso de la civilización humana, si no restablecemos el rumbo, tal como lo afirmó el Sumo Pontífice:

"…readaptando (comportamientos), rutinas y hábitos, impulsando la oración y el servicio silencioso… que son nuestras armas vencedoras… para no continuar imperturbables ante el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo… pues la tempestad ha desenmascarado nuestra vulnerabilidad y ha dejado al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras (vidas), agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades…y se ha caído el maquillaje con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar…"

Y finalmente, respecto del modelo de desarrollo capitalista imperante, también es imperativo realizar cambios profundos orientados hacia la justicia social para contrarrestar los desequilibrios generados por el desbordado énfasis hacia la libertad económica, que se traduce en pobreza, desigualdad, injustica e inequidad de oportunidades para cerca de la cuarta parte de la población del mundo.

oscaralejandroperezpalomino@gmail.com