De conformidad con lo establecido por Remo Entelman,” el conflicto es un proceso dinámico, sujeto a la permanente alteración de todos sus elementos. A medida que se desarrolla cambian las percepciones de los actores, en sus imágenes del adversario y del problema (…) y toman nuevas decisiones estratégicas sobre el uso de recursos (…) que utilizan para procurar sus objetivos” y que van reconfigurando el proceso…tercer elemento del conflicto.
Ahora bien, como es dinámico, tiene
varias fases; diferentes grados de intensidad; y diferentes niveles de interacción.
En primer lugar, respecto de las fases, María del Rosario Torres, en el curso
de negociación estratégica, señala que existen 4 fases, a saber: inexistente,
incipiente, latente y manifiesto.
“El conflicto está latente
cuando todavía no ha aflorado de manera explícita para ambas partes, y solo se expresa
en forma de tensión, incomodidad o malestar. Una vez se identifica que este
malestar se debe a una contradicción, una disonancia o un enfrentamiento, deja
su estado de latencia para manifestarse como tal conflicto” se señala en el
documento visión y sociedad de la Escuela de derechos humanos de la UCC Ibagué.
“La
gestión de los conflictos latentes es determinante porque cuanto antes
iniciemos su gestión, más efectiva será y mejores resultados tendrá. Por eso es
tan importante ponerse manos a la obra cuando el conflicto es todavía latente y
aún no ha dado del todo la cara”, vale decir, no se ha tornado manifiesto.
En
el conflicto latente, se afirma en el documento reseñado, las partes aceptan
que tienen pretensiones incompatibles, a diferencia del conflicto incipiente en
el que las partes no tienen conciencia de la causa de la divergencia, y en la
fase inexistente las relaciones entre las partes es cooperativa.
En segundo lugar, ya
manifiesto, el conflicto, aparece entonces la intensidad en sus diferentes grados,
la cual puede escalar hasta explotar en violencia. Estos grados van desde
la discusión, polarización, segregación, ruptura de la comunicación, hasta su
intensidad final en que se vuelve violento y destructivo.
Ahora bien, señala
Entelman, llamamos escalada o escalamiento “a un movimiento hacia niveles de
mayor intensidad de la conducta conflictiva, e inversamente la desescalada o el
desescalamiento es un desplazamiento hacia niveles más bajos de intensidad(…) la
escalada y la desescalada se dan como modificaciones de la intensidad de los
recursos de poder utilizados por los actores en busca de sus objetivos (…) y es
posible intuir la diferencia de intensidad que supone el uso de distintos
recursos…por ejemplo, en el caso de un conflicto internacional…es más intenso
estacionar fuerzas que romper relaciones, y romperlas es mas intenso que
retirar un embajador, y esta actitud es más intensa que llamar al propio
embajador; a su vez, en conflictos entre particulares, es más intenso iniciar
una acción penal que un juicio civil, y la acción civil es más intensa que la
amenaza de iniciar acciones judiciales,
y así sucesivamente”.
Así mismo “una vez se ha iniciado
una acción conflictiva, los actos producidos por una de las partes tienden a
producir en la otra cambios que fomentan el escalamiento, esto origina lo que se
llama la Ley empírica del desarrollo del conflicto…producida una escalada, un
aumento de magnitud de la conducta conflictiva de una de las partes, la otra,
generalmente se ve obligada a responder con una conducta de magnitud mayor,
pues mantener su conducta anterior y soportar la escalada del adversario
supone, o un sometimiento a este o el fomento de su vocación de escalar(…) La
respuesta con intensidad mayor genera a su vez el circulo de provocar en el otro,
autor de la escalada originaria, una nueva reacción de ascenso de la conducta… La
gruera fría ofreció un dramático ejemplo de lo que se denomina un juego de escalada
(…) en tales condiciones, el desescalamiento solo puede intentarse con la
intervención de terceros”.