domingo, 20 de julio de 2025

ETIS…superación del limbo jurídico (4)


 


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El decreto 0488 de 2025 lo que busca es subsanar el vacío legal al cual se encuentran sometidos los antiguos corregimientos intendenciales y comisariales desde la Constitución del 91, pues durante años se han hecho varios intentos legislativos, los cuales fueron declarados, en su momento, inexequibles por La Corte.

Por tanto, su finalidad, mientras el congreso expide la ley orgánica de ordenamiento territorial que consagra el art 329 superior, es reconocerles a estos territorios, las denominadas Áreas No Municipalizadas-ANM, el estatus jurídico, como entidad político administrativa de carácter especial del Estado, para que no continúen en el limbo jurídico ni siendo inexistentes para el ordenamiento, y de esta manera puedan gestionar autónomamente sus intereses y necesidades.

“Incorporar […] a la vida de la Nación [territorios marginales] mediante el reconocimiento de identidad política [que les brinda la entidad territorial, no solo les permite obtener los] beneficios que ofrece el Estado, [sino que permite] construir Nación [mediante la creación de institucionalidad]”, afirma el constitucionalista Hernández Becerra.

 

La debilidad estructural de la Paz Territorial de los Acuerdos de la Habana, consistió, precisamente, en reducir la estrategia de búsqueda a encontrar la mejor manera de llevar la institucionalidad a los territorios, según lo afirmara el Comisionado Sergio Jaramillo, el día 30 de enero de 2016 en el conversatorio oportunidades de la paz en HAY FESTIVAL, televisado por el canal institucional: “tenemos que pensar en maneras más inteligentes de llevar la institucionalidad a los territorios, que es el objetivo final de este proceso […]. Tenemos que lograr la integración de los territorios, construir infraestructura, llevar institucionalidad a las regiones.  Tenemos que reconocer que no hemos sido buenos históricamente en esto”.

 

En tal virtud, los Acuerdos de la Habana estuvieron enfocados exclusivamente en llevar la institucionalidad a los territorios, en lugar de propiciar que la institucionalidad se quedara en los territorios. Estrategia ineficaz, pues, la única manera, la forma más inteligente de institucionalizar la nación…es otorgándoles el estatus de ente territorial a las comunidades marginales que habitan en veredas, corregimientos y en estas áreas no municipalizadas para que inicien el proceso de autogobierno de sus intereses. Lo demás son variantes de asistencialismo, que han perpetuado la dependencia y el subdesarrollo de estos territorios durante siglos.

 

 “Integrar estas zonas a un desarrollo institucional y social sostenible es la mejor manera de hacer presencia estatal y romper el círculo vicioso [de la violencia- abandono estatal- marginalidad,] que le permite a la violencia alimentarse de la marginalidad, y a los marginales quedar bajo la intimidación de los violentos”, señala Restrepo Ramírez Luis Carlos.

 

Mediante esta institucionalización del país, como lo afirma Hernández Becerra, “estaríamos construyendo nación y paz [territorial] al concederles identidad propia a esos lugares recónditos y olvidados del territorio patrio, que son, [a la vez,] el escenario del conflicto”. De esta manera, “otorgándoles identidad política a las pequeñas comunidades, las sociedades, se han convertido en países prósperos. Tal fue lo que sucedió en Francia y España donde los cuarenta y cuatro mil (44.000) municipios franceses nacidos bajo la revolución francesa surgieron del reconocimiento oficial de todas las comunidades de habitantes existentes en esa época, y los ocho mil ciento cuatro (8.104) municipios españoles, bajo la Constitución de 1812, la cual estipulaba que “se pondrá ayuntamiento en los pueblos que no lo tengan y en que convenga le haya, no pudiendo dejar de haberle en lo que por sí o con su comarca lleguen a las mil almas””.

 

Efectivamente, donde más se ha evidenciado la ausencia del Estado, en nuestra nación, ha sido especialmente en las regiones donde predominan los cultivos ilícitos. Por lo tanto, “una política de Estado para preservar la unidad nacional sometida a tan dura prueba debería empeñarse en convertir las asociaciones naturales de familias colombianas, dispersas en miles de lugares remotos, en asociaciones políticas partícipes de la nacionalidad común”. Pues, “sin [una estrategia de] descentralización es absolutamente imposible [garantizar la gestión y auto sostenimiento de estos] servicios a las comunidades marginadas y pequeñas de la Nación”, señala el ex magistrado el Consejo de Estado Hernández Becerra.

 

 

 

 


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