La ética o principios éticos, afirma Carlos Llano Cifuentes, se configuran como el instructivo o manual de instrucciones, como el que suele acompañar al uso de cualquier artefacto, para conocer el funcionamiento de la naturaleza humana y lograr que el hombre, y por ende. la sociedad se desarrollen a plenitud y alcancen una vida lograda y justa.
En efecto, cuando adquirimos un computador, un celular, o
cualquier dispositivo electrónico nos guiamos por lo que dice el manual de
instrucciones del fabricante con el propósito de garantizar su uso adecuado y
plena utilización. Y en realidad, nuestra cultura contemporánea nos ha educado para
realizar esta actividad, sin embargo, sorprende que, paradójicamente, el hombre
moderno conoce el funcionamiento de muchos artefactos tecnológicos, pero
desconoce el funcionamiento de su propia naturaleza humana e ignora o desprecia
el instructivo para su adecuado desarrollo.
Este desconocimiento del funcionamiento de su propia
naturaleza es la causa originaria de la crisis ecosocial del planeta, pues el
hombre al no saber de la existencia de la libertad de querer ni para que sirve,
así como tampoco del grado de desarrollo de la misma ni de la manera de desarrollar
adecuadamente sus dones de nacimiento, que lo constituyen, no logra el fin para
el que originariamente fue destinado: su desarrollo a plenitud y el del
colectivo, como integrante de la sociedad y del planeta en el que vive.
En primer lugar, no sabemos que contamos con una capacidad
que nos permite gobernar nuestros apetitos e instintos, que es la denominada
libertad de querer; en segundo lugar, tampoco sabemos que nos fue otorgada como
un don, pero con un desarrollo incipiente; y en tercer lugar, mucho menos
sabemos cómo desarrollarla.
Al desconocer estos tres aspectos, en relación con la
libertad de querer, se revela el desconocimiento de nuestra naturaleza humana
y, por ende, de cómo funcionamos, y en consecuencia, lo que domina nuestro
accionar son nuestros instintos, apetitos y hábitos escritos por otros, en
lugar de que dicho comportamiento sea producto de nuestra elección racional,
vale decir, del uso de nuestra capacidad otorgada para ello: la libertad de
querer.
Ya sabiendo que
contamos con esta capacidad, debemos, entonces, saber también que dicha
capacidad, nos es otorgada como semilla, y por tanto, es nuestro deber
desarrollarla… y como la desarrollamos? pues, afirma Pérez Mercado Juan
Francisco, “con esfuerzos personales que nos permitan conocer nuestra
interioridad para identificar los guiones que otros nos han dictado y que han
dado lugar a conductas inconvenientes…y elegir con base en principios” los cuales deben servir de orientación…para vivir
guiándonos por esos principios o leyes naturales, en lugar de seguir la cultura
basada en remedios rápidos, ya que la ignorancia o el desprecio de tales
principios constituyen la forma más grave de degradación en el hombre.
De esta manera nuestro
comportamiento es producto del uso de nuestra capacidad de elección, denominada
libertad de querer, y no del determinismo de los hábitos, instintos y apetitos.
Pues, si no desarrollamos esta capacidad, como es nuestro deber, entonces, no podremos “tomar decisiones…bajo el señorío de la
razón, […sino que lo harán las poderosas
fuerzas restrictivas…] del determinismo de las tendencias
instintivas, sentimientos, emociones, pasiones, costumbres e intereses […individuales…que terminarán afectando a otros…olvidando] que el bien plenario de un hombre no puede concebirse como
edificado sobre el mal de otro u otros, sino sobre el bien social, que comporta
el bien individual de cada miembro de la sociedad”, afirma Pérez Mercado.
Es impresionante la intensidad de tu producción. Fuerte abrazo. Dr Angel Massiris.
ResponderBorrarNo sabe la alegría y el halago que me produce su comentario, dr. Massiris.
BorrarQue bien Primo, excelente artículo sobre lo que podría ser mejor en la práctica, si conociéramos el verdadero funcionamiento de nuestra naturaleza humana, el valor de la libertad de querer y la ética como ejercicio permanente de una sociedad más acorde, aplomada y justa con sus propios miembros. Buen ideal y repunte sobre la crisis ecosocial que nos afecta. Gracias por el compartir Primo
ResponderBorrarIvan Palomino
Flaquito!!!!!!!! tu eco deja entrever destellos de tu interioridad.....
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