Si bien el
manejo de desastres es vital y necesario para la atención humanitaria de los
damnificados de una emergencia, es conveniente recordar que es, tan sólo, uno
de los tres componentes de la gestión del riesgo, y en el que, además, hay un
menor margen de maniobra en comparación con los otros dos componentes, pues
ante una emergencia, la única alternativa que hay es su atención
inmediata…reaccionar oportunamente para garantizar las condiciones de seguridad
y de vida a las comunidades afectadas, inmediatamente después de ocurrido el evento.
Los otros
dos componentes son el conocimiento y la reducción del riesgo, que configuran
la noción de prevención, como complemento de la noción de reacción mencionada,
que a diferencia de esta presenta mayor margen de maniobra, pues, allí confluyen
múltiples disciplinas académicas que permiten conocer las amenazas y determinar
la vulnerabilidad, así como también las diversas formas de reducir el riesgo,
bien sea minimizándolo o previniéndolo.
De manera
simple y pedagógica la noción de reacción se representa por el vértice de un
triángulo, mientras que la de prevención se simboliza por la base de este, vale
decir, una línea, con un espectro de actuación mucho más amplio…que el punto,
al que queda reducida la reacción.
Es por eso por
lo que al circunscribirse la gestión del riego al componente del manejo de
desastres se configura la mentalidad emergencista, pues quedan relegadas a un
segundo plano el conocimiento y la reducción del riesgo, los otros dos
componentes de la gestión. Y en efecto, el reciente pronunciamiento de la
Procuraduría General de la Nación evidencia lo dicho, al advertir en febrero de
2019 la tragedia anunciada de San Andrés, señalando que “el archipiélago de San
Andrés y Providencia está situado en el cinturón de huracanes del Caribe, y por
lo tanto requería tomar acciones de prevención...y si bien el departamento
había diseñado un plan de gestión del riesgo de desastres, no evidenciaba
ejecución o implementación de las obas y medidas que permitieran mitigar o
reducir los peligros” (subrayado fuera de texto)
De manera que, mientras no hagamos el giro a la prevención, que es
la que nos permite representarnos el riesgo…darnos cuenta, que es el primer
paso de la prevención, denominada técnicamente la representación del conflicto,
“las vulnerabilidades frente a los fenómenos naturales en Colombia seguirán
creciendo, [además] entre otras razones, por los elevados niveles de
pobreza y de marginalidad existentes, por la creciente concentración de la
propiedad del suelo urbano y rural, por la escasez de alternativas de
soluciones de vivienda segura y económicamente accesible para los más pobres,
por el desarrollo ilegal y desordenado de las ciudades, por el uso inapropiado
del suelo y de los recursos naturales, por el alto deterioro ambiental, por los
graves daños generados por la corrupción pública y privada y, en los últimos
años, debido al conflicto interno, por el significativo desplazamiento de
población, la cual se ha ubicado incontroladamente en su gran mayoría en zonas
de alto riesgo, sobre todo en áreas urbanas”, tal como lo consagra el Plan departamental de gestión del riesgo de San
Andrés.
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