Así lo afirmo monseñor Luis José
Rueda Aparicio en la solemne eucaristía de renovación de la consagración del
país al Sagrado Corazón de Jesús, el pasado 7 de junio de 2024 en la catedral
primada de Colombia:
“Debemos reconocer con humildad
que dentro de nuestra forma de vida y en nuestra sociedad nos aquejan dolorosas
enfermedades...permítanme mencionar solo tres (3): la amenaza múltiple y
permanente a la vida humana; la polarización; y la corrupción, como tercera
enfermedad”.
Hoy nos detendremos en la
polarización, segunda etapa de las cinco fases del conflicto, a saber:
discusión, polarización, segregación (ruptura de la comunicación), ejercicio
violento y destrucción. “es lamentable que nos hemos acostumbrado a la
estigmatización, a la agresividad y al lenguaje agresivo a todos los
niveles...estos son síntomas de una causa interna que produce esa enfermedad…
¿cuál es esa causa interna que nos polariza? el odio…toda polarización es
toxica. Nos hace mal...desata en nuestra sociedad e incluso en nuestras
familias, enemistades, rivalidades de muerte, y contradicciones que ahondan los
problemas fundamentales...mientras gastamos la vida, las energías en agredir a
los otros …deberíamos gastar nuestras capacidades, nuestra vida y nuestro
tiempo…en buscar la unidad”, afirma el cardenal.
En efecto, hoy en día, observamos
divisiones y enemistades al interior de algunas familias por diferencias
políticas; y en los chats grupales la polarización es el pan diario de cada
día… en el chat grupal de profesionales geógrafos, por ejemplo, me creen
uribista, por la sencilla razón de no irme lanza en ristre contra Uribe ni
compartir mensajes y videos contra el expresidente. Y en el chat de amigos del
barrio, creen lo contrario…que soy petrista…por no replicar videos ni mensajes
contra el presidente.
“No nos salvaran las confrontaciones ideológicas,
por tanto, no las alimentemos, no alimentemos las divisiones y la agresividad,
no alimentemos la polarización, es decir sanemos la palabra, nuestra forma de
comunicarnos y de relacionarnos…necesitamos con urgencia todos los colombianos
la medicina del encuentro, la valentía para escucharnos, para vivir el dialogo
sincero…este es el camino que nos permitirá llegar, desde nuestras
diversidades, a la unidad nacional...la división de nosotros nos empobrece, no
nos permite el desarrollo integral del país...por favor no permitamos que
sigamos divididos...trabajemos todos por la unidad nacional.
Y eso significa ponernos una meta
común, buscar lo que nos une para trabajar juntos, Colombia nos pertenece y el
futuro también… entonces con la participación de toda la sociedad... aquí
ninguno puede decir, eso no juega conmigo, eso no me corresponde…es una
corresponsabilidad de todos los colombianos: la institucionalidad publica, el
sector privado, la academia, los medios de comunicación, es decir, de todas las
fuerzas vivas del país”, señala monseñor.
Excelente mi amigo oscar; desafortunadamente hoy estamos sometidos es a eso: al odio, a la envidia, al rencor porque tu progreses, le damos importancia más a lo material que a lo espiritual; que contraste con los tiempos de antes y de hoy en día, la pérdida de valores que nos enseñaron nuestros padres a ido consumiendo la juventud a pensar más en lo que tengo que en lo que puedo ser o puedo dar...cada día que pasa, me convenzo mucho que nuestra juventud fue más hermosa y no nos dimos cuenta que éramos felices; .....que sociedad le esperara a nuestros nietos, ojala estemos aun a su lado para poder guiarlos y afrontar lo que se viene.
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